En la Araucanía de 1887, Celedonio se va a bañar a la cascada en wiñol tripantu y atisba unas luces extrañas en el bosque.
En el presente, el Kalku despierta. Wilki, la niña, lo atiende. El brujo está magullado y quebrado, pero no puede convalecer tranquilo, los magos invocaron algo que parece una avalancha invisible. Hay que detenerlo.
Arte por Mauricio Flores
Proyecto Financiado por el Fondo de Fomento del Libro y la Lectura, Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio.